Samuel Feijóo, el escritor. “La obra mantiene la existencia”

Autor: Pero Ramón Pérez Bretos.

El objetivo de su obra:

En su autobiografía “El sensible sarapico”, se llamó a sí mismo “el Colón del guajiro” y dijo que su obra perseguía;

«el afán de buscar, analizar y fijar por escrito la cultura nacional como parte del patrimonio imprescindible del que deben nutrirse, para crecer vigorosas, las nuevas generaciones».

Su proceso creativo:

El proceso creativo era para el narrador-dibujante una fiesta de los sentidos, un viaje bien pensado, desde las entrañas de la tierra hacia los verdes bosques que habitaban su alma. Así lo hizo saber en “La alcancía del artesano”, título publicado en 1958, por la Universidad Central de Las Villas:

“Gusto de comenzar mis libros con trazo lento de respiración suave, como natural entrada a paseo o aventura por los llanos que tienen brisa y centelleos benignos. Después: trepo al libro el tope que él me da siempre como visión fácil, cuando ya he andado lento el suave llano.

Y escribió en el número 67 de la revista Signos:

Desde abajo mis ojos topan con el cielo. Y el cielo parece siempre un campo azul, por el cual andan nubes blancas, impulsadas por un constante viento sur. Estoy, pues, de cara al añil encimado. El azul que es el cielo, o que no lo es: que es la profundidad —me digo— se ve azul oscuro y el pensamiento profundo lo es: azul profundo. El azul: color del pensamiento hondo del cielo. Y pienso que, si la capacidad azul del hombre se perdiera, el hombre no vería cielo jamás, ya sin pensamiento para el cielo.”

Sobre el cañaveral corre la larga brisa que silba jovial en toda la tarde. Me echo bocarriba en la paja seca, soñoliento. Mi cabecera es un mazo de caña de renuevo. Encimadas, veo las hojas secas moviéndose.

La dinámica de su trabajo:

Su obsesión por escribir la describen José Díaz Roque (Escritor, investigador, profesor, conferencista, bibliógrafo y bibliotecario cienfueguero) y Doris Era González ( Doris Amelia Era González. Escritora, directora y comunicadora cubana de la provincia de Cienfuegos),en su libro: “Las cosas de Samuel”:

«Él seguía escribiendo invariablemente toda la noche hasta muy avanzada la madrugada. Se levantaba alrededor de las once de la mañana, tomaba un baño y almorzaba. Comía lo que le preparaba la prima, fiel a sus instrucciones: arroz, platanito, pan, queso, mucha naranja, boniato y pescado… Al atardecer salía a realizar un recorrido o en horas tempranas de la noche iba a visitar a sus amigos. Después escribía de nuevo hasta la madrugada, apresurado por dar de sí todo lo que su salud le permitiese para robarle el tiempo a la muerte. Para no molestar se encerraba en su cuarto con su luz amarilla encendida y allí continuaba trabajando hasta que lo vencía el sueño…»

Valoraciones de su obra:

Al cumplirse el centenario su el nacimiento, Leonardo Padura (periodista y novelista cubano), en su sección La esquina de Padura, el 11 de marzo del 2014 de Inter Press Service en Cuba escribió sobre Feijóo:

Cómo lo conoció:

Hacia 1972 asistí por primera vez a una conferencia. Todavía puedo recordar cuando entré con mi padre al salón de actos del Círculo de Intelectuales en Camagüey. Aquella noche el invitado era Samuel Feijóo.

Cuando concluyó, mi padre me llevó a saludarlo. Mi adolescencia era lo suficientemente tímida como para no atinar a decir cosa alguna. Mi progenitor le contó que yo había leído varios de sus libros: Juan Quinquín en Pueblo Mocho, Tumbaga, Mitos y leyendas en Las Villas…y yo encontré ánimos para añadir otro título: Alcancía del artesano. Él me miró con sincera sorpresa y preguntó si lo había comprendido. Aunque mi respuesta fue afirmativa, él se mostró un poco escéptico: “Ese es un libro difícil, porque tiene mucho de estética”. Fue mi primer encuentro con un escritor, al menos con uno auténtico. Pasaron años sin que nos volviéramos a encontrar, pero no dejé de leerlo.

Explicó la importancia de su estudio como fuente de la cultura cubana:

La vida y obra de Samuel deberían estudiarse mejor. La celebración de su centenario es una gran oportunidad para ello. En vida hubo colegas que lo apreciaron y quisieron destacar lo valioso de su escritura, pero lo más común fue que lo trataran como a un personaje pintoresco, o simplemente un loco, del que se contaban muchísimas ocurrencias, pero no se le tomaba demasiado en serio. Su áspera sinceridad, su desenfado agreste, no lo ayudaron en nuestra república de las letras. Ni siquiera le otorgaron el Premio Nacional de Literatura.

En Feijóo no hay que buscar ni cientificismo, ni racionalismo, ni apego a una escuela literaria. Era una personalidad fuerte y original, con una continua ansia de libertad que le impedía estabilizarse en los ambientes literarios urbanos y le obligaba continuamente a tomar contacto con el paisaje y la población campesina del centro de la isla. No era un folclorista académico, sino un hombre con especial receptividad para recoger cuanto dicharacho, conseja de ancianas o cuento más o menos picante se cruzara en su camino. Más que el análisis, la descripción o la clasificación de esas muestras le gustó conformar con ellas amplios tesauros que hoy tienen valor incalculable, baste con recordar: Cuentos populares cubanos (1960-1962), La décima popular (1961) y los ya citados Mitos y leyendas en Las Villas (1965).

Eso no impidió que fuera un más que atendible historiador de nuestra literatura como lo demuestra su ensayo Sobre los movimientos por una poesía cubana hasta 1856 (1961) o su recopilación Sonetos de Cuba (1964).

En el homenaje por los setenta años de vida de Samuel Feijóo Rodríguez, las palabras pronunciadas por Cintio Vitier resumen la relación del intelectual, y aquilatan en justa medida la valía del escritor:

“Mucho ha leído, escrito, investigado, trabajado, reído y hecho reír Samuel Feijóo en esta Biblioteca Nacional José Martí, durante años y años. Mucho se le conoce y se le quiere en esta casa, donde siempre está como en familia. Por ello es natural que aquí, en este sitio presidido por el vitral de Minerva, rodeado de sus signos que amamos y de los trabajadores que laboran para él como él labora y crea para ellos, se le rinda este sencillo homenaje de reconocimiento y cariño. (…) Mírenlo bien, mirémoslo bien, aunque él no quiera y se ponga todos los disfraces imaginables. Sí, uno de los más altos líricos cubanos de todos los tiempos.”  

(Samuel Feijóo, el poeta de la naturaleza cubana.)
 

Ricardo Riverón Rojas, en su artículo del periódico Trabajadores del 1 de abril de 2019 dice de su obra:

La mística, la naturaleza, el folklore campesino inundaron la obra del intelectual de formación autodidacta. Paisajes, vocablos o frases del habla popular cubano se funden, con genial sutileza, en los textos de Feijóo. Desde muy joven condujo su destino por el camino de las letras, en el que también le acompañaron sus acuarelas, con los colores del Caribe insular, otra forma de `sacarme los jardines que me crecen adentro`, como dijera en una entrevista. 

(El alma del paisaje cubano pintado por Samuel Feijóo.)

Aunque es más conocido por sus colecciones de décimas, cuartetas, dicharachos, mitos y leyendas cubanas, en su artículo “La obra mantiene la existencia”, publicado en el # 56 de la revista Islas, en el centenario de su nacimiento, Virgilio López Lemus, quien es considerado el principal estudioso de la obra de Feijóo, expone:

“Novelista, cuentista, narrador de diarios de viajes y de vida campestre, crítico literario y de artes, pintor y dibujante, diseñador pragmático, fundador de revistas, editor de rango “Novelista, cuentista, narrador de diarios de viajes y de vida campestre, crítico literario y de artes, pintor y dibujante, diseñador pragmático, fundador de revistas, editor de rango,periodista, folclorista, cronista, profesor, su obra escrita rebasa los cien títulos multigenéricos, sus cuadros y dibujos no han sido contados nunca.”  ( La década editorial de Samuel Feijóo.)

Y continúa:

“A esta infatigable pasión creativa, algunas personas de menos vuelo le llaman «estar loco». Por sus andanzas de gran caminante y perpetuo artista a veces muy surrealista en su actitud vital, también en ocasiones se le ha tenido por debajo del alto escalón que merece en el panorama de las literaturas y las artes en Cuba y de toda América Latina. Su azarosa vida, contada en su autobiografía “El sensible zarapico”; condujo así mismo a variados prejuicios a la hora de valorar su enorme aporte a la cultura nacional. O se le ignoraba o se le subestimaba. Pocas veces alguien lo sobrevaloraba.”

Finalmente, López Lemus proclama:

“Según su propia idea: «la obra mantiene la existencia».

Es ella la que le sobrevive y la que obliga a llamar la atención sobre uno de los escritores y artistas mayores del siglo XX cubano.”

Análisis lingüístico en la búsqueda de esencias populares y cubanas.

Yaima Bermúdez Padrón en su Artículo científico “Lo superlativo en la expresión textual de la novela Tumbaga de Samuel Feijóo” publicado en ISLAS, #63, concluye su análisis diciendo:

“La forma de expresión del superlativo se reconoce como una de las formas de la intensificación, según sus valores semánticos. A través de esta, se expresa la magnificacióno atenuación máxima de cualidades, entidades, procesos, esencias, sustancias, propiedades y cuerpos, a través de la subjetividad, intenciones, emotividad, afectividad,énfasis, expresividad y valoración del hablante cubano, y marca la expresión de lo superlativo en el registro coloquial.”

Y agrega que:

“En la expresión textual, el contenido emotivo, exagerado y enfático de lo superlativo que se presenta en Tumbaga, adquiere significación completa.”

Más adelante afirma:

“Por último, se insiste en los motivos expresivos y afectivos y la intensificación enfática. En la novela también se evidencia la profusión de expresiones y recursos para superlativizar a nivel textual que, además, tienen marcado carácter estilístico. En muchas ocasiones la incoherencia y el absurdo, creados a partir de la acumulación de los procedimientos, adquiere función humorística. En la lengua campesina, coloquial e imaginativa, que destaca Feijóo en Tumbaga, se presenta la exageración disparatada y la palabrería hiperbólica. De modo que lo absurdo y también lo humorístico se evidencian en las asociaciones insólitas, cargadas de un discurso desatinado, incoherente, claramente expresivo y afectivo.”

Y finaliza diciendo:

“Además, para potenciar la ponderación, el encarecimiento y el énfasis máximos, en Tumbaga es muy recurrente la presencia de varios procedimientos intensificadores como parte de un mismo enunciado, tal como se muestra en el contexto conversacional natural y espontáneo que refleja la novela.” intensificación, según sus valores semánticos. A través de esta, se expresa la magnificación o atenuación máxima de cualidades, entidades, procesos, esencias, sustancias, propiedades y cuerpos, a través de la subjetividad, intenciones, emotividad, afectividad, énfasis, expresividad y valoración del hablante cubano, y marca la expresión de lo superlativo en el registro coloquial.”

 Conclusión:

El autor de “El saber y el cantar de Juan sin nada”, es también quien redactó la notable investigación “El son cubano. Poética general”. Junto con sus antologías “Sonetos en Cuba”, “La décima culta en Cuba” Y su compilación de “Cuarteta y décima”. Más de 60 revistas Islas y Signos a su cargo, y unos 25 libros de poemas, algunos aún dispersos en la segunda revista, nos hacen pensar muy seriamente en qué «locura» se le atribuía a este hombre asombroso, que apenas tenía tiempo para descansar.

Feijóo valoró su obra diciendo:

“Mi obra es oro, si no lo descubren, sigue siendo oro».

¡Es tiempo ya de hallar todo ese oro de letras!

Bibliografía:

El sensible zarapico, Letras Cubanas, 2014.

Las cosas de Samuel, Editorial Mecenas, Cienfuegos, 2000.

Cintio Vitier. `Palabras en el homenaje de la Biblioteca Nacional José Martí a Samuel Feijóo por sus setenta años`. Revista de la Biblioteca Nacional José Martí, Núm. 2, mayo-agosto de 1984, p.p. 188, 191.

La esquina de Padura, » Caminante montés» el 11 de marzo del 2014 de Inter Press Service en Cuba.

Ricardo Riverón Rojas, en su artículo del periódico Trabajadores del 1 de abril de 2019.

Samuel Feijóo, La alcancía del artesano, Departamento de Relaciones Culturales Universidad Central de Las Villas, La Habana, 1958.

 Citado del número 67 de la revista Signos.

 Virgilio López Lemus, “La obra mantiene la existencia”, publicado en el # 56 de la revista Islas, en el centenario de su nacimiento.

Yaima Bermúdez Padrón. “Lo superlativo en la expresión textual de la novela Tumbaga de Samuel Feijóo” Artículo Científico. ISLAS, #63” septiembre-diciembre, 2021.

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