La primera mujer en la imprenta cubana

La periodista,escritora y educadora, Domitila García de Coronado es considerada la primera mujer cubana que trabajó como tipógrafa en una imprenta.

Vida y Obra

Nacida en Puerto Príncipe (actual Camagüey) el 7 de mayo de 1847, tuvo la instrucción primaria en su hogar. En 1859 pasa a vivir, en unión de su familia, a Manzanillo (Oriente), donde se inició en las labores tipográficas y periodísticas como ayudante de su padre, el tipógrafo y dueño de una imprenta, Rafael García.

Con solo 12 años, participa en la publicación de La antorcha (1859-1866?), periódico que se anunciaba como “periódico mercantil, económico y literario” y que figuraba como administrador Manuel López, editores Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874), abogado y futuro líder revolucionario, que iniciaría las guerras por la independencia en Cuba contra el régimen colonial español; y al periodista y diplomático Rafael María Merchán (1844-1905); y como principales   colaboradores destacan la maestra y poeta Úrsula Céspedes de Escanaverino (1832-1874) y el abogado y activista independentista Lucas del Castllo (1820-1888). Domitila imprimió las primeras proclamas en que Céspedes incitaba a sus compatriotas a reclamar mediante la lucha armada los derechos del pueblo cubano.

De regreso a Puerto Príncipe, funda, en noviembre de 1866, junto a la escritora y poetisa camagüeyana Sofía Estévez y Valdés (1841-1901) y el poeta Emilio Peyrellade (¿?-1878), el periódico literario, de modas, costumbres y actualidades, El Céfiro (1866), de la que fue redactora hasta 1867. Por su carácter representativo social, de corte literario y costumbrista, el semanario tuvo gran acogida en todo el país.

Debido a la persecución política que sufría su padre, la familia se trasladó a La Habana, donde Domitila donde desarrolla una intensa actividad intelectual. En el propio 1868 publica, Álbum poético fotográfico de escritoras y poetisas cubanas, el cual dedicó a su coterránea, la novelista, dramaturga y poetisa, Gertrudis Gómez de Avellaneda y que contó con varias reediciones. A partir de este momento su producción literaria se intensifica: colabora en el mensuario El Eco de las Damas y funda el semanario El Eco de Cuba que ve la luz el 14 de marzo de 1868. En un artículo inicial titulado Dos palabras se hace una interesante e ilustrativa declaración de intenciones: “Aun cuando somos las primeras en lanzarnos al terreno político, al acometer tan ardua empresa en nada creemos faltar al debido decoro de nuestro sexo y estado; por el contrario, el sentimiento de amor patrio que nos impulsa es lleno de fe hasta la abnegación”.

Primera antología de obras femeninas cubanas. Foto tomada de Internet

En el año 1870 y para continuar su labor patriótica, imprimió el periódico revolucionario independentista El Laborante. Periodiquín que se introduce en todas partes (1869-1870), prohibido por los gobernantes españoles.

Unos años después, casada ya con el profesor de idiomas Nicolás Coronado Piloña, Domitila García encabezaría otra publicación periódica, El Correo de las Damas (1875-1897), y, en ocasiones tras los seudónimos Ángela y Jatibonico, colaboró en prestigiosas publicaciones de la época como, La Patria, La Guirnalda, El Álbum, El Mensajero de las Damas, El Hogar, El Fígaro, La Mujer y La Discusión.

De enorme trascendencia social es también su iniciativa de crear en 1882 el colegio privado destinado a huérfanos y niños pobres Nuestra Señora de los Ángeles, al que dotó de una imprenta en la que los alumnos pudieran aprender un oficio. En esta misma faceta de docente cabe incluir su Método de lectura y breves nociones de instrucción primaria elemental (Imprenta Los Niños Huérfanos, 1886). En 1888 dio a conocer la biografía del eminente médico cubano Tomás Romay, la cual redactó con notas históricas sobre la vacuna en América.

Ferviente independentista, no dejó de escribir a favor de la causa de Cuba Libre.  En 1899 crea una Academia de Tipógrafas y Encuadernadoras, que fue todo un acontecimiento en la vida social de entonces, rompiendo con el prejuicio de que las actividades de las artes gráficas correspondían de manera exclusiva a los hombres.

Miembros de la Academia de Tipógrafas y Encuadernadoras, 1899. Foto tomada de Internet
Miembros de la Academia de Tipógrafas y Encuadernadoras, 1899. Foto tomada de Internet

Su labor, tanto como periodista, como escritora y educadora, resultó prolífera y enérgica. Las páginas de la revista El Fígaro, importante publicación periódica de finales del siglo XlX, la presentó en sus páginas en 1895 y años más tarde, el 27 de mayo de 1917, le dedicó el artículo Mujeres útiles: Domitila García de Coronado, con la foto de la periodista en la madurez de sus años y los elogios a su labor en el rescate de la memoria histórica.

Domitila García de Coronado en su madurez. Foto tomada de Internet

Domitila García de Coronado en su madurez. Foto tomada de Internet

En 1910 escribe, Consejos y consuelos de una madre a su hija, premiado en varios eventos literarios, y que recibió medalla de bronce en la Exposición Universal de París. Y al año siguiente publica Breves noticias para aprender el arte tipográfico. Es seleccionada como secretaria de la Junta Patriótica de La Habana, delegada de honor al I Congreso Nacional de Mujeres, celebrado en La Habana en 1923, y figuró como Socia de Mérito y Facultativa de Honor de casi todas las sociedades literarias y de recreo nacionales.

Uno de sus textos. Foto tomada de Internet

Incansable luchadora por los derechos de la mujer, la Educación y la Cultura. Al periodismo consagró hasta los últimos días de sus 90 años, y al morir cuentan que pidió: Al pisar mis compatriotas la tierra que cubre mis despojos, digan enternecidos: Dignificó a la mujer en general y erigió pedestales a las cubanas que yacían en el olvido. Dejó inédito su libro Cubanas beneméritas, y la novela Los enemigos íntimos. Falleció el 18 de septiembre de 1937 en La Habana.