La Imprenta Nacional de Cuba.
Autor: Pedro Ramón Pérez Bretos.
(…) nosotros no le decimos
al pueblo:¡cree!
Le decimos: ¡lee! (…)
Fidel Castro Ruz
9 de abril de 1961
Mediante la Ley 187 del Gobierno Revolucionario, del 31 de marzo de 1959, se creó la Imprenta Nacional de Cuba, nacida en los talleres donde se imprimían los periódicos cuyos dueños abandonan el país luego de la victoria revolucionaria, dando inicio al desarrollo real de la industria editorial en Cuba.
El inicio:
Fue después de 1959 que comenzó, en Cuba, un desarrollo real de la industria editorial. El triunfo de la Revolución significó para la nación cubana una transformación profunda.
En su artículo de investigación,»Industria editorial cubana: evolución y desarrollo.» Jacqueline Laguardia Martínez expone:
Los cambios en los modos de pensar, de hacer, de vivir, atestiguan el surgimiento de una nueva cultura en su sentido más amplio y que incluye, evidentemente, otras maneras de crear, producir y consumir el arte y la literatura. Se apuesta por una cultura popular y no elitista, que descanse en garantizar el acceso de todos a la creación literaria —propósito este que abrió múltiples posibilidades para el desarrollo del libro cubano.
Una iniciativa editorial loable de estos primeros años, gestada en el centro de la isla gracias al talento y el empuje del Samuel Feijóo, fue la editorial de la Universidad de Las Villas en 1958. ( La década editorial de Samuel Feijóo.)
La primera publicación de la recién fundada Imprenta Nacional de Cuba fue El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, en cuatro tomos, enriquecidos con las ilustraciones de Gustavo Doré, los que se comercializaron a 25 centavos cada uno, en una insospechada tirada de 100 mil ejemplares.

El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha
Foto tomada de Granma.
Como afirmara Alejo Carpentier:
El “Cervantes con el Quijote, instala la dimensión imaginaria dentro del hombre, con todas sus implicaciones terribles o magníficas, destructoras o poéticas, novedosas o inventivas, haciendo de ese nuevo yo un medio de indagación y conocimiento del hombre…”
La Campaña de Alfabetización Nacional:
Con la Imprenta Nacional…, el libro se transformó en una herramienta fundamental en la vida del cubano. En 1961 se realizó la publicación de más de un millón de cuartillas para la Campaña de Alfabetización, que en un año enseñó a leer y escribir al 23,6% de la población cubana y aproximadamente a 800.000 que no asistía a la escuela, lo que permitió, en diciembre, declarar a Cuba territorio libre de analfabetismo.



Un nuevo sistema editorial:
Todo ese proceso dio origen a la creación de un sistema editorial sólido, que garantizó hacer frente a la demanda creciente de libros de texto para la enseñanza.
Esto lo significó Fidel Castro, al hacer la clausura el 8 de septiembre de 1960, del Congreso de la Federación Nacional de Obreros del Calzado.:
“Una buena noticia, ¿se acuerdan ustedes de «La Marina»?, ¿se acuerdan ustedes de «El País» y de «Excelsior»?, ¿se acuerdan dónde se editaba «Selecciones»?, ¿se acuerdan de todos aquellos talleres donde nuestros obreros tenían que estar trabajando y donde la república gastaba tanto papel para embutir al pueblo? ¡Quién nos iba a decir que esos mismos obreros, con ese mismo papel, con ese mismo esfuerzo puedan imprimir un libro cada cuarenta y ocho horas!, ¿qué les parece?, ¡»El tiburón y la sardina» lo imprimieron en cuarenta y ocho horas! Es decir que, donde mismo antes se engañaba al pueblo, con esos mismos gastos y con esa misma maquinaria, vamos nosotros a proveer al pueblo de todo el material para que el pueblo lea y aprenda, y analice por sí mismo, pero que tenga la oportunidad de leer.»
El desarrollo de un proceso literario nacional, abarcó la creación del Departamento de Literatura y Publicaciones del Consejo Nacional (1959-1962), la Editorial Nacional de Cuba (1962-1967), Edición Revolucionaria (1965-1967) bajo la dirección del Consejo Nacional de Cultura, y la fundación de Casa de las Américas (1959).
En agosto de 1961, presidida por el Poeta Nacional Nicolás Guillén, nacía la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), organización en que se agrupaba lo más relevante de la intelectualidad de la Isla en defensa del nuevo proyecto social.
Alejo Carpentier, el autor de El Siglo de las Luces, daba continuidad a esta historia, al ser nombrado director, en 1962, de la Editora Nacional de Cuba, institución en que comenzaron a crearse varios sellos editoriales.
Una de esas casas fue la Editora Juvenil, que contó con los empeños, entre otros, del pedagogo y escritor para niños hispano-cubano Herminio Almendros y de Renée Méndez Capote, la cubanita que nació con el siglo.
No es posible recorrer el itinerario del libro en la Mayor de las Antillas a lo largo de las últimas seis décadas, sin reflexionar acerca del interés de Fidel Castro por diseñar, organizar y desarrollar un sistema editorial en la Isla.

La base de la industria poligráfica en Cuba:
La Imprenta Nacional constituye la base material -y consolida los recursos humanos- cuyo eje fueron las rotativas de los diarios nacionalizados en 1960.
Jacqueline Laguardia Martínez, señala también en su artículo:
A las desventajas de ser un país con una escasa tradición editorial, que apenas producía papel, se suma la del bloqueo económico norteamericano. Empiezan a escasear piezas, productos químicos, papel de alta calidad y materias primas para elaborarlo. Eliminadas las fuentes de consumo, de importación de materia prima para el papel de alta calidad, se solucionó el problema con el semibond cubano, elaborado con desechos de diarios y revistas de producción nacional. Esto hizo que se precisaran las metas en el orden literario, y se establecieran prioridades de acuerdo con el papel disponible; todo esto implicó una labor consciente de planificación del sector cultural.
De sus diferentes talleres, en los veinte meses que van desde agosto de 1960 a los primeros días de abril de 1962, salieron 14 497 956 ejemplares de libros, 26 463 600 ejemplares de folletos y 22 579 882 revistas.
La producción de la Imprenta Nacional respondió a las necesidades culturales más urgentes del lector cubano y fue agrupada en “Bibliotecas”: Biblioteca Básica para la Primera Enseñanza, Secundaria Básica y Educación Obrero-Campesina, Enciclopedia Popular de Cuba, Biblioteca del Pueblo, Biblioteca Básica de Cultura Cubana y las Ediciones Especiales.
Este hecho histórico, ocurrido apenas dos meses después del triunfo popular de enero de 1959, ha motivado que en esta fecha se celebre el Día del Libro Cubano.
Bibliografía:
Industria editorial cubana. Evolución y desarrollo. Jacqueline Laguardia Martínez, University of the West Indies. St. Agustine. Tobago.
La Jiribilla: Una historia real maravillosa para ser contada. Fernando Rodríguez Sosa 29/3/2021 cubamuseo.net
Cubadebate, Juan Marrero, 30de enero del 2014. El periodismo en Cuba. La Revolución.
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