La «Revista Minerva» y la reivindicación de la mujer negra
Dedicada a la mujer negra, a reflejar sus problemas y necesidades en la sociedad de finales del siglo XIX, veía la luz en La Habana la Revista Minerva, el 30 de noviembre de 1888. Dirigida por el periodista cubano Miguel Gualba, contó con la administración de Enrique Cos en un primer momento, sustituido posteriormente por Américo Arenosa.
El primer número se vendió al público en 75 centavos, rebajándose al mes siguiente a 60, precio que varió entre la capital y el resto de las provincias.
Un notable número de mujeres afro descendientes, expresaron su pensamiento feminista en esta interesante publicación. Lucrecia González, Cristina Ayala y África C. de Céspedes, de forma muy digna, «subrayaron las particularidades que las hacían diferentes de las mujeres blancas: el histórico origen social y el color de la piel, como dos elementos adicionales a la discriminación genérica, vigente en las llamadas sociedades modernas»
La poetisa África de Céspedes expresó: «La mujer negra, señudamente tratada por sus viles explotadores, viene hoy a ser el blanco más saliente a donde dirigen sus saetas envenenadas aquellos mismos que traficaron con su noble sangre en los luctuosos días de la esclavitud. Por eso […] nos preparamos a la defensa en el constante batallar porque estamos pasando; y tal haremos hasta que se nos considere tal como somos y no tal como cada artista pirata le ha parecido o convenido a sus medrosos fines […] nos invitan a luchar, pues luchemos».
Un papel destacado lo desempeñó Úrsula Coímbra de Valverde, escritora, periodista y reconocida intérprete musical, quien firmaba sus artículos con el nombre de Cecilia. El resto de las colaboradoras la consideraban: «la heroína de nuestra raza, que inspirándote en las ideas del siglo, levantas a nuestras hermanas del profundo sueño del retraimiento» y «como el genio pensador que ha articulado a nuestras hermanas».
La propia Úrsula escribió en una ocasión: «Me siento orgullosa de pertenecer a una raza que por sí sola, y a costa de sacrificios, procura elevarse a la altura de las demás y lucha, trabaja y estudia para vencer (…) bastante tiempo hemos tenido el dogal y la mordaza, tanto tiempo hemos callado, así pues el espíritu del siglo reclama que nuestra voz se levante».
En La Revista Minerva se publicaron poemas, trabajos sobre literatura e instrucción, y notas sobre moral. También se reprodujo un discurso del escritor y periodista Martín Morúa Delgado. Dejó de publicarse en 1889 por presiones gubernamentales.

