La Revista de Avance
Entre todas las revistas literarias surgidas en la década del 20, la más importante resulta, sin lugar a dudas, la conocida como Revista de Avance, a cuyo alrededor se nuclearon casi todos los jóvenes escritores cubanos de la época, lo que hace que sus páginas aparezcan hoy un tanto desiguales en su contenido ideológico y estético, en su explicación de la problemática cubana.
Puesta a circular, el 15 de marzo de 1927 en La Habana; la Revista de Avance, cuyo verdadero título fue siempre el año en que circuló, apareciendo a continuación en minúsculas el que ha trascendido.
La revista por dentro
El pie de sus primeros números señalaba que se imprimía en el taller tipográfico Otero, de la calle Cuba 23; después, que se publicaba en la Editorial Hermes de Compostela 78, con fotograbados del establecimiento situado en San José 4, La Habana.
El texto de la Revista de Avance, impreso a dos columnas, fue siempre de cuidadosa y certeramente combinada tipografía, de letra muy clara en renglones bien espaciados o interlineados. Era así para que la presentación de la revista estuviera en armonía con sus propósitos de varguardia artística. La publicación incluía páginas de papel cromo con ilustraciones impresas en colores.
Descollantes personalidades de la intelectualidad isleña, vinculados al llamado Grupo Minorista de radical proyección en lo social y en lo estético, estuvieron entre sus primeros editores: Juan Marinello, Jorge Mañach, Alejo Carpentier, Francisco Ichazo y el periodista catalán Martín Casanovas.


Martín Casanovas y una persona no identificada. Foto tomada de Internet
En el número 2 se retira Carpentier y pasa a ocupar su lugar el poeta José Zacarías Tallet. Poco después, la dictadura de Gerardo Machado inventaba una “conspiración comunista” destinada a derrocarlo y eran arrestados muchos intelectuales, entre ellos Martín Casanovas, que por su condición de extranjero fue expulsado del país. Pasa a ocupar la vacante Félix Lizaso; pero como también se incluyó en la “conspiración” a José Z. Tallet, los editores de la revista quedaron reducidos a cuatro: Juan Marinello, Jorge Mañach, Francisco Ichaso y Félix Lizaso.
De frecuencia quincenal, a partir del número 18 la publicación comenzó a editarse mensualmente. Avance, fue una publicación de vital importancia para conocer un período de la historia literaria cubana. Se inscribió dentro de los marcos de los problemas estéticos y literarios de su tiempo. Recogió trabajos literarios de la más alta calidad, tanto de escritores ya consagrados como de algunos que recientemente se iniciaban en las tareas literario-culturales.
Contó con diversas secciones. La primera de ellas, Directrices, incluía notas editoriales sobre aspectos culturales o cualquier otro asunto de interés, firmadas por Los cinco, o sea, los miembros del equipo editorial. Otras secciones fueron Letras hispánicas, que enjuiciaba las obras de mayor de significación que se editaban en España e Iberoamérica, Letras extranjeras, que destacaba los más notables acontecimientos de actualidad en la literatura no hispánica y Almanaque, que ofrecía comentarios de libros, de películas, de obras teatrales y síntesis de publicaciones periódicas recibidas. En general, la revista publicó cuentos, poemas, ensayos sobre diversos temas (literarios, de artes plásticas, históricos).
Entre los colaboradores cubanos más asiduos de la publicación figuraron Fernando Ortiz, Enrique José Varona, Ramiro Guerra, Alfonso Hernández Catá, José Antonio Ramos, Emilio Ballagas, Regino E. Boti, Mariano Brull, José María Chacón y Calvo, Manuel Navarro Luna, Eugenio Florit, Regino Pedroso, Félix Pita Rodríguez, Raúl Roa, Luis Felipe Rodríguez y Medardo Vitier.
También aparecieron trabajos de destacados intelectuales extranjeros, entre los que se encuentran José Ortega y Gasset, Alfonso Reyes, César Vallejo, Juana de Ibarbourou, Horacio Quiroga, Miguel Ángel Asturias, y Miguel de Unamuno. Este último respondió a la solicitud de los redactores de Avance proporcionándoles un poema de estilo simbolista acompañado de un envío en el que les hablaba cual animada tertulia: “Amigos de 1928, en adelante y hasta que Dios sabe quiera: en mi bien poblada soledad del destierro fronterizo me entretengo y solazo con su “1928”, lo que me desquita de otras lecturas que tengo, !terrible tener que obligación moral de seguir!. Hoy leyendo el último número, me ha salido lo que sobre el vanguardismo les doy a la vuelta y que entrrá en mi próximo libro, un cancionero de la doble frontera”.
La Revista de Avance no solo se preocupó por las letras, sino que alentó las nuevas expresiones plásticas y musicales. Aparte de que continuamente reproducían obras de Pablo Picasso, Salvador Dalí, Diego Rivera, Juan Grís, Clemente Orozco, etc, las ilustraciones pertenecían a destacados artistas plásticos criollos como Carlos Enríquez, Eduardo Abela, Víctor Manuel, Domingo Ravenet, Conrado Massaguer, Rafael Blanco, Marcelo Pogolotti; y en esta área cultural uno de sus logros mayores fue la organización del Salón de Arte Nuevo, hito artístico que marcó el arranque del vanguardismo en Cuba en las artes plásticas. Para evidenciar su vínculo con la revista, la exposición recibió el nombre de “1927”. Posteriormente aparecería en una de sus Directrices “Después de esta exposición puede hablarse ya, como de algo existente y militante, de arte nuevo y de vanguardia artística en Cuba”.
Propició la celebración de conciertos y dio a conocer figuras ignoradas en el campo musical, tales como Amadeo Roldán y Alejandro García Caturla. También promovió la dramaturgia nacional. También se propuso promover la obra martiana
Como empresa editora publicó libros de Regino E. Boti, Juan Marinello entre otros. Editó números especiales dedicados a Federico García Lorca, Waldo Frank y José Carlos Mariátegui.
En septiembre de 1930 salen a la calle, en protesta contra los atropellos machadistas, los estudiantes de la Universidad de La Habana y cae asesinado el joven estudiante Rafael Trejo, a la vez que se desata una implacable persecución contra todo opositor. A Juan Marinello se le acusa de ser uno de los instigadores de la gran protesta, y es detenido. Los editores de la Revista de Avance, decidieron no seguir publicándola, pues no estaban dispuestos, por añadidura, a aceptar la presencia de un censor de prensa:
“La excepcional demora sufrida en la aparición de este número por motivos de imprenta, nos da oportunidad de referirnos a los sucesos del último día de septiembre, en que los estudiantes de la Universidad, al intentar una manifestación de protesta contra la medida política de posposición de la apertura del curso y contra el régimen político imperante, fueron bárbaramente atropellados por la policía. Como consecuencia de esta dragonada, un estudiante (Rafael Trejo) acaba de morir al escribirse estas líneas y otros se encuentran heridos y nuestro coeditor Juan Marinello sufre prisión, acusado de instigador de los hechos”.
Y añadían a continuación: “Sin tiempo para más, dejamos consignada nuestra más enérgica protesta contra estos procedimientos que no necesitan calificación”. Por último, concluían expresando: “Se rumora que, por los sucesos ocurridos, se suspenderán las garantías constitucionales, instaurándose la censura previa a la prensa, en cuyo Caso 1930 para no someterse a esa medida, suspenderá su publicación hasta que el pensamiento pueda emitirse libremente”.
La Revista de Avance puede considerarse como la más representativa de dicha etapa; ubicándose, además, entre las más prestigiosas de su tipo en Iberoamérica.
Dentro de la misión que se impusieron sus editores estuvo la difusión de una cultura de vanguardia, constituyéndose en el principal órgano de dicha tendencia artística y literaria en el país; así como el análisis de la época que testimonia.
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