El más universal de los cubanos
Hijo de los españoles Mariano Martí y Leonor Pérez, José Julián Martí Pérez nace en La Habana, el 28 de enero de 1853. De aguda inteligencia, sensible y buen estudiante. En unas vacaciones acompaña a su padre a la zona del Hanábana, en Matanzas, donde conoce los horrores de la esclavitud. Tan profundo calaron en su alma estos hechos, que en uno de sus primeros versos escribe … “y al pie del muerto juró, lavar con su vida el crimen”. Alumno dilecto del ilustre pedagogo e intelectual Rafael María de Mendive, desde muy joven manifiesta sentimientos independentistas.
Al estallar la Guerra de 1868, José Julián toma partido por su patria. El 15 de enero de 1869 publica el periódico El Diablo Cojuelo, junto a su gran amigo Fermín Valdés Domínguez, y escribe el soneto Diez de Octubre. El 23 de enero de ese mismo año da a conocer el único número de La Patria Libre para el que escribe el artículo O Yara o Madrid y da a conocer su drama en verso Abdala. Aquí encontramos, como expresión de su madurez política, estos versos…
… “el amor, madre, a la patria, no es el amor ridículo a la tierra que pisan nuestras plantas. Es el odio invencible a quien la oprime. Es el rencor eterno a quien la ataca…”
Con solo 16 años es detenido, junto a Fermín Valdés Domínguez, por acusar de traidor a un compañero que se había enrolado en el ejército español. Condenado a seis años de trabajos forzados, va a las canteras de San Lázaro. Con la salud resentida, las gestiones de su familia logran sacarle de aquel infierno. Fue enviado a la finca El Abra, en la Isla de Pinos, y de allí deportado a la Metrópoli. Toda su vida padeció las heridas del presidio.
Vapor «Principe Alfonso», de 3800 toneladas. En el viajó Martí a Cádiz en enero de 1871, en calidad de desterrado político.
Desde el exterior, mantiene un interés constante en la marcha de la Revolución cubana. En España publica El presidio político en Cuba, conmovedor testimonio y denuncia abierta contra el régimen colonial. En la Universidad de Madrid matricula Derecho y Filosofía, cuyos títulos no pudo obtener al graduarse, por falta de dinero.
El 11 de febrero de 1873 ante la abdicación del rey, el Senado y el Congreso se constituyen en Asamblea Nacional y se proclama la República Española. Cuatro días más tarde, termina de escribir La República Española ante la Revolución Cubana, que hace llegar a los miembros del nuevo gobierno. De manera explícita y con singular valentía, señalaba en el documento el derecho inalienable de Cuba a ser independiente por voluntad irrevocable de su pueblo y necesidad histórica.
El 8 de febrero de 1875 se reúne con su familia en México. En el país azteca forjará entrañables amistades. Allí comienza su estudio de la realidad social, económica y política latinoamericana, sin perder de vista la revolución que conmocionaba su patria. Escribe para la prensa mexicana sobre temas relacionados con el arte y la literatura, y muy en especial, en defensa de las luchas por la libertad de nuestras tierras de América. Con el seudónimo de Orestes publica una serie de boletines que expresan sus opiniones sobre el acontecer político y las dificultades por las que atraviesa el país. En la Revista Universal publica sus traducciones de clásicos europeos.
El 19 de diciembre de 1875 se estrena con gran éxito, en el Teatro Principal, Amor con amor se paga; obra en versos que escribió en un solo día. El 28 de enero de 1876 funda, junto a otros intelectuales, la Sociedad Alarcón. Ese mismo mes, en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, pronuncia un discurso en homenaje al pintor Santiago Rebull. En diciembre del propio año de 1876 conoce a quien sería su esposa, la joven cubana Carmen Zayas Bazán.
Después de un rápido viaje a La Habana en enero de 1877 (con el nombre de Julián Pérez), se dirige a Guatemala a principios de abril. El 29 de mayo es nombrado catedrático de literatura e historia de la filosofía en la Escuela Normal Central. Colabora en Revista de la Universidad y es nombrado vicepresidente de la Sociedad Literaria El Porvenir. Escribe el drama en verso Patria y libertad y pronuncia un discurso sobre la oratoria, por el que recibe el sobrenombre de Dr. Torrente. Entre las alumnas de la Escuela Normal se encuentra la señorita María García Granados, hija del general Miguel García Granados, que Martí inmortalizaría en su hermoso poema La niña de Guatemala. El 20 de diciembre de ese mismo año de 1877 contrae matrimonio, en la ciudad de México, con Carmen Zayas Bazán. En enero de 1878 regresa con su esposa a Guatemala. El 6 de abril de ese año Martí renuncia a su cátedra en la Escuela Normal Central, como respuesta a la destitución de su director José María Izaguirre, ordenada por el presidente de la República, Justo Rufino Barrios. Regresa a La Habana el 31 de agosto, ya finalizada la guerra. El 22 de noviembre de ese año nace su único hijo, José Francisco.
Consigue empleo en los bufetes de Nicolás Azcárate primero y Miguel Viondi, después. Enseguida comienza a conspirar en lo que se llamaría la Guerra Chiquita. Es detenido en 1879 y deportado nuevamente a España; de donde escapa a los Estados Unidos. En ese país residirá, de manera casi ininterrumpida, hasta 1895.
Periodista, poeta y diplomático
En enero de 1881, viaja Martí a Venezuela con el objetivo de probar fortuna. Años más tarde, en la revista para niños La Edad de Oro, plasmará su encuentro memorable con la patria de Bolívar en su magistral semblanza Tres Héroes. Imparte clases de Gramática francesa y Literatura en el colegio de Santa María, que dirige Agustín Aveledo, y posteriormente se desempeña como profesor de literatura en el Colegio Villegas, donde establece la cátedra de oratoria. Colabora con el periódico La Opinión Nacional de Caracas. Funda más tarde la Revista Venezolana, que ve la a luz el 1 de julio de ese año. Con treinta y dos páginas escritas enteramente por José Martí, la Revista impulsa una renovación dentro de las letras hispanas de fines de la centuria. Establece amistad con el escritor, periodista, humanista y educador Cecilio Acosta.
En julio de 1881, raíz del fallecimiento de Cecilio Acosta, Martí publica en la Revista Venezolana un elogio a la vida y obra del educador. El presidente Antonio Guzmán Blanco, acérrimo enemigo de Acosta, decreta la expulsión de Martí.
De regreso en Nueva York, inicia la colaboración con La Opinión Nacional, de Caracas. En ella aparece, el 5 de septiembre de 1881, la primera de sus Cartas de Nueva York o Escenas Norteamericanas. Las Escenas Norteamericanas irían saliendo además en La Nación, de Buenos Aires y posteriormente en La América, de Nueva York, El Partido Liberal, de México, y La República de Honduras, publicaciones de las que Martí llegó a ser su principal corresponsal.
En 1882 escribe (aunque sin publicarlos) la mayoría de los poemas de Versos libres. Como prólogo a El poema del Niágara, de Juan Antonio Bonalde, publica un ensayo que, junto al poemario Ismaelillo, es considerado iniciador del modernismo en Hispanoamérica. En 1883 es nombrado redactor de La América, de la que más tarde sería director. Su labor como diplomático inicia en mayo de 1884, al asumir las funciones de Cónsul interino de la República Oriental del Uruguay, en ausencia de Enrique Estrázulas, cargo al que se ve precisado a renunciar meses más tarde para evitar que España pueda acusar a este país de brindarle apoyo a su labor conspirativa por la independencia cubana.
En 1885 publica en El Latino Americano, con el seudónimo Adelaida Ral, su novela Amistad funesta, considerada hoy la primera novela modernista. En 1886 trabaja incesantemente como corresponsal de La América, El Latino Americano, La República de Honduras y La Opinión Pública (de Montevideo). El 16 de abril de 1887 vuelve a ser designado Cónsul de la República Oriental del Uruguay en Nueva York.
El 25 de marzo de 1889 da a conocer, en The Evening Post, su carta Vindicación de Cuba, viril respuesta a un ofensivo artículo publicado por el periódico de The Manufacturer, de Filadelfia, sobre la posible compra de Cuba por Estados Unidos. En julio de ese año apareció La Edad de Oro, revista dedicada a los niños de América, enteramente redactada por Martí, de la que sólo salieron cuatro números.
En abril y junio de 1890 participa en las veladas de la Sociedad Literaria Hispano-Americana, ocasión que aprovecha para hacer un elogio de México y de Centro América. El 24 de julio de ese mismo año es nombrado cónsul de Argentina y el 30 de Paraguay. El 23 de diciembre es designado representante de Uruguay en la Comisión Monetaria Internacional Americana, de Washington; donde advierte de los peligros que, para un desarrollo integral de las naciones del Nuevo Mundo, representaban los voraces apetitos del naciente imperialismo norteamericano.
El nuevo año de 1891 se inicia con la publicación del ensayo Nuestra América, en la Revista Ilustrada de Nueva York. Por su profundo contenido latinoamericano y hermosa prosa, este ensayo es reeditado en el periódico El Partido Liberal, de México, treinta días más tarde. En agosto publica los Versos Sencillos, concebidos un año atrás, mientras buscaba reposo para su salud en las montañas Castkill.
El Delegado del Partido Revolucionario Cubano
En 1882, Martí comienza su labor de reorganizar a los revolucionarios cubanos, comunicándoselo mediante cartas a Máximo Gómez y Antonio Maceo, figuras cimeras de la guerra grande (1868-1878). El 2 de octubre se encuentra con ambos generales y comienza a colaborar en lo que se conocería como el Plan Gómez-Maceo, del que se separa posteriormente por discrepancias con los métodos de dirección.
El 30 de noviembre de 1887 funda (y es electo su presidente) la Comisión Ejecutiva para dirigir las actividades organizativas de los revolucionarios. En octubre de 1891 renuncia a los consulados de Argentina, Uruguay y Paraguay, así como a la presidencia de la Sociedad Literaria Hispano-Americana, para dedicarse por entero a la labor patriótica, labor que había suscitado las protestas del cónsul español. El 26 y 27 de noviembre pronuncia sus discursos Con todos y para el bien de todos y Los pinos nuevos.
El 5 de enero de 1892, en reunión de presidentes de las agrupaciones patrióticas, en el Hotel Duval House, logra la aprobación de las bases y estatutos secretos del Partido Revolucionario Cubano, organizado por él como un frente único en la lucha contra España. El 8 de abril de 1892 resulta electo Delegado de esa organización, cuya constitución fue proclamada dos días después, el 10 de abril de 1892. El 14 de marzo fundó el periódico Patria, órgano oficial del Partido.
Entre 1893 y 1894 viaja por toda la Florida organizando Clubes independentistas y aunando voluntades. Va a Santo Domingo y Costa Rica, recabando el apoyo de Máximo Gómez y Antonio Maceo. A finales de 1894 completa los detalles del plan de Fernandina, consistente en una invasión la isla, en oriente, centro y occidente, mediante tres expediciones coordinadas con levantamientos internos. El 29 de enero de 1895 firma, junto a José María (Mayía) Rodríguez y Enrique Collazo, la orden de alzamiento para la segunda quincena de febrero. El 30 de enero, tras el fracaso del Plan de Fernandina (a causa de una delación) sale Martí de Nueva York hacia Cabo Haitiano en compañía de Mayía Rodríguez y de Enrique Collazo.
El 24 de febrero de 1895, cumpliendo la orden del partido, los cubanos se levantan en armas de nuevo contra España.
El 25 de marzo de 1895, en la casa de Gómez en Santo Domingo, firma el Manifiesto de Montecristi, documento del Partido Revolucionario Cubano que constituye el programa de la revolución. Ese mismo día escribe a su madre (su carta de despedida) y dirige otra a Federico Henríquez Carvajal (que se considera, junto con la que escribe a Manuel Mercado la víspera de su muerte – que quedó inconclusa – su testamento político).
El 1 de abril escribe a Gonzalo de Quesada y Aróstegui su carta-testamento literario y sale de Montecristi hacia Cuba con Máximo Gómez y otros patriotas. Desembarca por Playitas de Cajobabo, al sur de Oriente, en la jurisdicción de Baracoa, el 11 de abril de 1895.
El 5 de mayo de 1895 se reúne con Gómez y Maceo en La Mejorana, donde se discute la estrategia a seguir para la conducción de la guerra. El 12 de mayo de 1895 firma la “Circular a los jefes y oficiales del Ejército Libertador”, último de los documentos organizativos de la guerra. En esta circular, elaborada junto con Máximo Gómez, llamaba al ejército libertador a privar de todo recurso al enemigo (se había comprobado el trasiego de reses con el ejército español); y ese decreto debía ser cumplido tanto como el primero de los jefes hasta el último de los soldados, porque aquel que “de cualquier modo permite o ayuda a proveer al enemigo, es su cómplice”. Al día siguiente, los jefes allí reunidos bajo la dirección de Gómez, acuerdan conferir a Martí el grado de Mayor General del Ejercito Libertador, por sus méritos y servicios prestados.
El 18 de mayo escribe a su amigo Manuel Mercado…
“…ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país y por mi deber… de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas lo Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América…”
El 19 de mayo cae en combate en Dos Ríos. Su vida ejemplar lo convirtió en Apóstol de la independencia y héroe nacional de Cuba. Figura cimera del siglo XIX continental, su pensamiento político trascendió las fronteras de su patria, marcando el ideario que guía Latinoamérica a su segunda independencia.