Cinelandia: una novedad en las publicaciones cubanas
El 21 de enero de 1921, comenzaba a circular en La Habana la revista dedicada al Séptimo Arte, Cinelandia. Publicación que tenía como objetivo promocionar a los actores del cine tanto estadounidense como europeo.
La revista por dentro
Se imprimía en los talleres del Instituto de Artes Gráficas de La Habana, estaba dirigida por Oscar H. Massaguer, mientras que la dirección artística recaía en Conrado W. Massaguer (1889-1964). Tenía una frecuencia mensual.
En la editorial de presentación del primer número aparece el siguiente texto:
“Aquí tenéis, caro lector, a Cinelandia, el órgano de la constelación de estrellas que pueblan el cielo cinematográfico, que tiene sus límites en Milán y París por un lado y en Los Ángeles y New York por otro. Aquí veréis desfilar por este álbum a todos vuestros favoritos de la pantalla (…) Nuestra experiencia de editores afortunados nos garantiza de antemano el éxito de esta nueva revista, que solo presume de su originalidad. Cinelandia será el magazín álbum favorito de la América Latina, y nosotros nos esforzaremos por mantenerlo en esa envidiable categoría”. Oscar H. Massaguer, Director Gerente, Conrado W. Massaguer, Director Artístico
Era una publicación dirigida en lo fundamental a la clase alta y media alta, de ahí los precios: un ejemplar costaba: 40 cts, un año: $4.00, ejemplar atrasado: 80 cts. Para el extrajero: $4.50 moneda cubana o norteamericana; sumas considerables en aquellos tiempos.
Cinelandia era una revista enteramente visual, en la cual no abundan los artículos. Los pocos que hay o no están firmados o aparecen bajo seudónimos como el de Fray Filmo. En todos los casos, los textos sirven para apoyar el despliegue de fotografías, caricaturas, viñetas y otros elementos gráficos que constituyen el eje temático fundamental de Cinelandia.
En cada número se incluía la caricatura de una estrella de cine en la portada al estilo de Massaguer.
Una de las icónicas caricaturas de Conrado Massaguer. Foto tomada de Internet
Carente de secciones al inicio, destaca el Álbum de las estrellas, esencia misma de la publicación. El Álbum consistía en fotos a página completa de los artistas de cine, con énfasis en actores y actrices. Los nombres de los artistas venían al pie de las fotos en caja alta con una curiosa traducción idiomática para que los compradores de la revista pudieran pronunciarlos lo más cercano posible a la fonética inglesa. Al principio tenía textos amarillistas que acompañaban las imágenes; luego, se agregó una sección titulada ¿Quién es y por qué?, en la cual se daban los datos biográficos de las estrellas y las maneras de contactarlas. Efectivamente, los actores contestaban al público, casi siempre usando un “Sincerely yours”.
Las fotos aparecían por lo general especificando la casa fílmica a la cual pertenecía la estrella. A veces, no eran fotos en el sentido estricto de la palabra, sino trabajos gráficos: imágenes a base de plumilla o de x de máquina de escribir. En este aspecto Cinelandia también rompió moldes, innovando a base del uso, no sólo de caricaturas, sino de variantes de un diseño gráfico más conceptual.
Las fotos del Álbum se concibieron para ser coleccionadas. De hecho, la revista se paginó de forma continua desde el primer número, es decir, los números nuevos eran una prolongación de los anteriores. Pero Cinelandia, fue más allá, llegó en la colección fotos de actores desnudos, en un país anclado a un sistema de principios y valores muy tradicionales.
Otras secciones que se sumaron fueron A última hora, para dar informaciones curiosas y de corte social relacionadas con el cine (matrimonios, fiestas, etc.); La moda en Cinelandia, para abordar el tema de los vestuarios utilizados en las películas y, también, la sección de las páginas centrales, que desplegaba fotos de gran tamaño sobre filmes próximos a estrenarse, actores en el set de rodaje o escenas muy populares.
Secciones de Cinelandia. Foto tomada de Internet
Secciones de Cinelandia. Foto tomada de Internet
La revista tenía su propio concurso, cuyo premio consistía en un viaje a “California, la tierra del cine”, con los gastos incluidos y la ropa asegurada. A este fin, Massaguer que no solo era un brillante diseñador, sino también un hábil negociante, involucraba a los comerciantes y el cine era el gancho perfecto para que los dueños de los establecimientos de La Habana contribuyeran con una empresa que al final podía beneficiarlos por el incremento de las ventas de productos estadounidenses.
El concurso que prometía llevar al ganador a Hollywood. Foto tomada de Internet
Desde un principio, la revista declaró su objetivo de promocionar a los actores y las actrices del cine tanto europeo como americano. Sin embargo, hay un notable desbalance que favorecía ampliamente a las estrellas norteamericanas. Y es que Cinelandia pretendía ser el puente entre la naciente industria cultural cinematográfica norteamericana y las audiencias de la isla. Un puente que buscaba ir más allá, a la región latinoamericana del cono Sur, para conseguir la hegemonía de Hollywood
Cese de la revista
En junio de 1921, aparece la siguiente nota:
“En vista de la situación financiera porque atraviesa el país, momentos muy difíciles, para fomentar los anuncios de un nuevo periódico, se ve la dirección de Cinelandia obligado a suspender temporalmente su publicación esperando mejores tiempos, que indudablemente tienen que venir.
Para no perjudicar a los suscriptores y a los concurrentes al “Sensacional Concurso del Viaje a los Estados Unidos”; se decide refundirse dentro de la sección de La Pantalla en la gran revista Carteles. Así es que esa sección que llevará el título de «Cinelandia» desde el número de Julio, aparecerá el cupón del viaje.
La última edición de «Cinelandia» (independiente) fue la de Junio y en Julio aparecerá conjuntamente con Carteles. Las suscripciones pagadas serán transferidas, proporcionalmente a Carteles”. Oscar H. Massaguer, Editor.
De esta manera Cinelandia pasaba a ser una sección dentro de Carteles cuando solo sus seis primeros números habían visto la luz.
Legado
Cinelandia es un documento de excepcional valor para el cine mudo, que ejemplificó uno de los primeros intentos de usar a la caricatura como dispositivo de promoción comercial del star system. Actores, actrices, directores, películas y sobre todo casas productoras, fueron representadas a través de un innovador diseño gráfico que ponía, por iniciativa de Conrado W. Massaguer, a la caricatura en el centro de la estrategia de comunicación de la revista.
Bibliografía
Diccionario de la Literatura Cubana (Virtual)
Bérmudez, Jorge R. Massaguer. República y vanguardia, Ediciones La Memoria. La Habana. 2011. p. 312
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!