Una revista literaria para Camagüey
El 10 de enero de 1923 comenzaba a circular en Camagüey, la Revista literaria, artística y social, Lis. Su equipo de realización estaba formado por el poeta Nicolás Guillén (1902-1989) como director, su hermano Francisco Guillén en la subdirección, Félix Nápoles como Jefe de Redacción y a cargo de la administración, Pedro Cebrián. Se editaba tres veces al mes.
En las Palabras Preliminares publicadas en el primer numero se expresaba lo siguiente luego de señalar que la idea de fundar la revista se remontaba dos años atrás, y de indicar la necesidad de que Camagüey contase con una publicación de la índole de la que presentaban al público en ese momento: “Quiere decir, pues, que aspiramos ingenuamente a realizar una doble labor: dotar a Camagüey otra vez de un órgano que sea vocero amoroso de sus virtudes más altas; y contribuir por otra parte desde nuestro modestísimo plano, a la difusión de la cultura, y al progreso de la hidalga cuna del gran Agramonte”. Y añadían: “No empuñan nuestras manos pendones partidistas, ni nos ciegan prejuicios, ni retarda la marcha de nuestro buque el lastre de ideas gastadas y sin brillo, ni obstaculizan nuestro vuelo porque hacia otro cielo le dirigimos los pretéritos fracasos de los que no quisieron o no supieron luchar”.
La revista estaba encaminada a la reivindicación del hombre de color a través de la instrucción. No por azar la revista toma el nombre de Lis, palabra francesa que evoca la flor en la que se inspiraran no pocos modernistas, y cultura que no solo atañe a la cubana, sino a la americana en su sentido integral.
La literatura fue la máxima preocupación de los editores de la revista. En sus páginas se publicaron numerosas poesías, generalmente de autores de la propia ciudad, cuentos, críticas literarias y otros trabajos de carácter histórico, didáctico y cultural.
Por el contenido de los trabajos que publicó se convirtió en órgano defensor de los derechos y anhelos de la raza de color, en revista cultural/didáctica que contribuiría en la formación de valores de este sector poblacional y fuerza impulsora del interés por el conocimiento. En particular, hacia los temas y las figuras de la Patria.
Además de trabajos de su director y subdirector, aparecieron colaboraciones de Arturo Doreste, Felipe Pichardo Moya, César Luis de León, Félix Duarte, José Armando Plá, Medardo Lafuente, Manuel Bielsa Vives, Tomás Vélez Vázquez, Edmundo del Vals, Octavio M. Suárez, Guillermo E. Cisneros Zayas, Vicente Menéndez Roque, y mujeres que defendía su lugar en la sociedad desde diferentes profesiones y campos como Aurelia del Castillo y Josefa Guillén.
Lis era una publicación, en la que la música jugaba un papel tan importante como la literatura. En la sección titulada Notas sociales, aparecían crónicas en las que se encuentran referencias a orquestas, géneros, instrumentistas y cantantes camagüeyanos o invitados de otras provincias del país. En su mayoría, músicos de color pertenecientes o no a las Sociedades de este tipo existentes en el territorio, pero si muy vinculados a las actividades musicales desarrolladas en las mismas.
Con la publicación del número 18, correspondiente al 30 de junio del propio año 1923, cesó su salida. En las “Palabras Finales” que aparecen en este último número se señala, después de seis meses “de lucha constante, de paciente y obstinada labor, en los que, recogiendo frecuentemente más espinas que rosas, hemos logrado aprender mucho en el ingrato y doloroso contacto con la masa”, que se ven obligados a suspender la publicación de la revista porque “en Camagüey, por desgracia, no existe todavía el público capaz de prestar calor, de una manera constante y consciente a cierta clase de obras, que, en otra parte cualquiera, encontrarían la comprensión y ayuda de todos los elementos”. Más adelante se expresa en el mencionado artículo: “Nos queda, sin embargo, la satisfacción de haber hecho una obra nueva. Nos propusimos dar a la luz una publicación seria, que fuera un exponente de la intelectualidad camagüeyana y creemos haberlo conseguido, aún a trueque quizá dada la naturaleza del medio en que apareció de su propio sostenimiento […].”
Actualmente estudiosos como la investigadora camagueyana Olga García Yero sostienen el argumento que la revista Lis potenció la temprana y profunda formación cultural de Nicolás Guillén.
“Hay un ambiente de lecturas, de inquietudes en una ciudad muy peculiar”, sostuvo al referirse a Camagüey, la urbe donde nació el poeta y periodista el 10 de julio de 1902, y que dejó en 1926 para asentarse en La Habana. “Nicolás fue un gestor o como diríamos hoy, un promotor de expresiones culturales que marcaron la ciudad”, aseguró la ensayista antes de revelar la clave de esa capacidad, a través de una cita de José Martí empleada por Guillén, pues la búsqueda y el ejercicio de la cultura requieren “armas culturales”.
En lugar especial puso Lis a la intelectualidad camagüeyana, cuyos artículos de corte social y trabajos literarios en diversos géneros marcaron la orientación de la revista como “reflejo del espíritu de los cubanos de la época”
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