HerCar y sus obras

HerCar: Hombre y Artista de Izquierda

José Hernández Cárdenas, conocido artísticamente como HerCar, fue un destacado dibujante, caricaturista e ilustrador cubano, cuya obra se caracterizó por su agudo humor, su compromiso político y su profunda sensibilidad social. 

Infancia y primeros pasos en el arte

José Simón Cecilio Hernández Cárdenas nació el 28 de octubre de 1904 en Yaguaramas, Cienfuegos. Tras vivir brevemente en Cárdenas, Matanzas, su familia se estableció en La Habana cuando él tenía apenas cinco años. Fue en la capital donde comenzó a desarrollar su pasión por el arte. A los 19 años, se dio a conocer en el periódico El País bajo el seudónimo de Juvenal, firmando caricaturas que rápidamente captaron la atención del público. Pronto, sus colaboraciones se extendieron a prestigiosas publicaciones como Score, Mediodía, Avance, Social, Bohemia y Carteles.

Revista Mediodía. Foto tomada de Internet
Portadas de HerCar para la revista Mediodía

Su talento se consolidó en 1924, durante su participación en el IV Salón de Humorismo Gráfico, donde llamó la atención de críticos y artistas. A partir de entonces, su presencia en estos eventos anuales se volvió constante, y su firma evolucionó de Juvenal a HerCar, una abreviatura de sus apellidos Hernández Cárdenas.

Etapa en México y consolidación artística

En 1928, HerCar viajó a México para participar en la Feria de las Colonias. Durante su estancia en el país azteca, se convirtió en discípulo del renombrado pintor Diego Rivera y colaboró con publicaciones como El Universal Ilustrado. Además, inauguró una exposición de sus obras en Ciudad de México, que fue recibida con gran éxito.

A su regreso a Cuba, continuó exponiendo su trabajo. En 1928 y 1931, celebró dos muestras en la galería de la Asociación de Pintores y Escultores de La Habana con gran éxito. Este artista logró con sus caricaturas, una función más socializadora y comunicativa de la imagen, asumiendo la síntesis lineal, la economía de recursos gráficos y el acento de rasgos, como vías para dar una nueva visualidad y proyección al género. Su obra, que reflejaba la vida, costumbres y desamparos de la población negra y mestiza, fue ampliamente elogiada por la crítica.

Algunas de sus obras
Algunas de sus obras

Compromiso político y persecución

HerCar fue un hombre de profundas convicciones políticas. Desde sus caricaturas, criticó abiertamente la dictadura de Gerardo Machado y, posteriormente, el régimen de Fulgencio Batista. En 1933, fue multado y encarcelado durante 15 días por su obra El Bandoleón Reformado, en la que satirizaba a Machado. Su postura crítica lo llevó a ser arrestado en varias ocasiones, especialmente entre 1952 y 1956, por colaborar con publicaciones antibatistianas.

Una de las caricaturas políticas de HerCar
Una de las caricaturas políticas de HerCar

Artista multifacético: además de su labor como dibujante, fue profesor de pintura en la Escuela Técnica Enrique José Varona y editor de arte del periódico Hoy, donde continuó utilizando su arte como herramienta de denuncia social. Trabajó junto a figuras como Wifredo Lam, Armando Maribona, Florencio Gelabert y René De la Nuez; fue maestro del destacado caricaturista Juan David, a propósito de Hernández Cardénas, Juan David escribió: «Es un gran laborioso, inteligente, de fino ingenio y líneas audaces

A pesar de la discriminación racial que enfrentó, HerCar mantuvo una postura firme y consecuente con los principios revolucionarios. Su obra no solo abordaba la sátira política, sino también el humor general, siempre con un enfoque social y humanista.

El jefe está muy ocupado; tempera/cartón. Ganó el primer premio en Salón de Humorismo, 1949.
El jefe está muy ocupado; tempera/cartón. Primer Premio en Salón de Humorismo, 1949. HerCar plantea una crítica social a la doble moral, a la mentira y al acomodamiento detrás del deber de trabajar.

Muerte y legado permanente

Hernández Cárdenas falleció el 16 de enero de 1957 en La Habana, víctima de un infarto cardíaco, a los 52 años. Aunque su vida fue relativamente corta, su obra y su compromiso político lo convirtieron en un pilar del humor gráfico en Cuba. Su legado sigue inspirando a nuevas generaciones de artistas, y su nombre permanece como sinónimo de creatividad, valentía y compromiso social.

Su obra ha sido preservada en instituciones como el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo del Humor de San Antonio de los Baños y el Museo Municipal de Arroyo Naranjo. 

Bibliografía

Cruz Díaz, Ursulina: Diccionario Biográfico de las Artes Plásticas. Tomo I. Editorial Adagio, Centro Nacional de Escuelas de Arte, La Habana, 2007

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