«Revista de La Habana», una joya cultural

La imprenta El Tiempo, pone a circular el primero de  marzo de 1853, la Revista de La Habana, bajo la dirección de los  intelectuales Rafael María de Mendive (maestro de José Martí, el héroe nacional de Cuba) y José de Jesús Quintiliano García, quienes firmaban un artículo inicial en el que expresaban: “Al entrar con nuestra primera entrega en la época crítica para todo periódico en que el público a quien se dedica decide de su vida, debemos una manifestación a los que con tan decidida protección se han dignado acoger nuestro pensamiento, y estamos en el caso de explicarles el carácter de nuestra REVISTA.

Las aspiraciones que nos movieron eran tan dignas de una capital culta, como lícitas aún a nosotros; no que conceptuáramos, inmodestos, que nuestras pocas escasas fuerzas fueran sobrado potentes para dar cima a la empresa, sino porque teníamos presente que cada cual puede en lo que está a sus alcances contribuir al bien de su país, y que lo era para el nuestro una publicación científica y artística de que carecía, dado que no estaba tan escaso de periódicos literarios y amenos; porque contábamos con todos los medios materiales bastantes para acometer la empresa, y en fin y principalmente porque fiábamos en que nuestro mundo literario acudiría en ayuda nuestra con sus escritos los unos, los otros con toda aquella protección a que se hace acreedora toda empresa útil de por sí .

Era una revista de buen gusto y atractiva presentación. Lo mejor de la intelectualidad de la época colaboró en ella. Por aquellos años, fue la publicación periódica más representativa de la cultura en la isla.

Con una periodicidad quincenal, las dimensiones de la revista eran mayores que las de otras editadas en la capital. Impresa a dos columnas, tanto la composición tipográfica como la impresión eran excelentes. Incluía entre sus páginas bellas láminas (algunas a colores) litografiadas en el taller de Tiburcio V. Cuesta; con orlas y rasgos que enmarcaban cada página.

En esta publicación se dieron a conocer monografías de incuestionable mérito, como los Apuntes para la historia de las letras y de la Instrucción Pública en la Isla de Cuba, del  profesor y primer bibliógrafo cubano Antonio Bachiller y Morales (1812-1889), valiosísima contribución sobre los orígenes de la educación y la literatura en la isla. Antigüedades Cubanas (del sabio Andrés Poey), un interesante estudio sobre arqueología en la isla; y el ensayo Influencia de la mujer en la sociedad cubana, del pedagogo y escritor Pedro José Guiteras Font. Fueron publicados poemas, novelas por entregas, trabajos sobre arte, historia, arqueología, derecho, literatura, moral, religión, teatro, costumbres, filosofía, estética, biografías, abundantes críticas literarias y traducciones.

Contaba con varias secciones fijas, como Biblioteca, en la que con frecuencia aparecían cuentos, leyendas, antologías de poemas hispanoamericanos, traducciones de obras notables y reseñas bibliográficas de las obras que se publicaban en Europa y América. Otra sección: Revista científica, comentaba los últimos adelantos en esta materia, preferentemente europeos. Y una tercera: Revista, especie de crónica con la que finalizaba cada entrega. 

La vitalidad de la revista suscitó algunos comentarios sobre sus posibles fuentes de ingreso, lo que obligó a los editores a aclarar, en 1855, que “sin protectores y con una suscripción pobrísima, la empresa tenía que ser sostenida por ellos mismos con sacrificio de nuestro tiempo y dineros”.

En 1856, la falta de recursos hace que se reduzca el formato y se elimine el subtítulo, comenzando una segunda época para la revista. Estos cambios se observan a partir del ejemplar correspondiente a enero de 1857. Con relación a estas modificaciones, sus editores manifestaron que “Variará en su forma porque debe variar; no en el fondo […] las modificaciones que en ella presentamos no tienen por ridículo objeto el rivalizar con análogas publicaciones de otros países”. No obstante, debido a la falta de suscripciones, se dejaron de publicar grabados, retratos, litografías, modas y música, entre otros materiales. Cierra definitivamente en 1857.

Rafael María de Mendive y Duamy (1821-1886). Pedagogo y poeta cubano. Uno de los intelectuales más brillantes del siglo XIX