J. F. Báez, autor del primer retrato cubano
Francisco Javier Báez nació en 1746, en La Habana. Este notable artista aprendió a pintar de manera autodidacta y de igual forma asimiló las técnicas del grabado sobre madera y metal; artes que practicaría hasta los últimos momentos de su vida.
Muy joven, Báez realiza su obra más conocida: el grabado que representa al obispo Pedro Agustín Morell de Santa Cruz, cargado en andas por cuatro granaderos ingleses, en el momento que salía de su casa hacia el barco que lo conduciría al destierro. En 1769 realiza un retrato del propio obispo Morell de Santa Cruz. Al pie de la figura puede leerse la inscripción en latín: «Báez fecit» (Báez lo hizo) y la fecha. Este grabado está considerado como el primer retrato en la historia de las artes plásticas en Cuba. Se dedicó además a ilustrar láminas de santos, escudos de armas, viñetas y marcas de cigarros, mediante grabados en madera, plomo, zinc o cobre.
Era bien conocido y muy solicitado por los impresores, instituciones y personalidades de su tiempo. De su arte han llegado a nuestros días cerca de treinta obras: retratos, imágenes religiosas, escudos, ilustraciones para libros, entre otras que se conservan en Bibliotecas, Archivos y Museos de la ciudad de La Habana.
Fallece en La Habana el 28 de junio de 1828. En 1833, Domingo José Boloña, hijo del impresor José Severino Boloña dadel impresor José Severino Boloña da a conocer una elegía: »A la muerte de Don Francisco Javier Báez, insigne grabador de afición«, que apareció en el segundo tomo de la Colección de Poesías, editado e impreso por el propio José Severino:
! Y que! ?La muerte cruel nos arrebata
al mejor grabador que hubo en La Habana? (…)
De las muy nobles artes la belleza
Imitar supo Báez y por eso
Aunque haya muerto su existir empieza.