Primer retrato impreso en Cuba

1763

Ve la luz, por la imprenta del Computo Eclesiástico, el folleto: Relación y diario de la prisión y destierro del Obispo de La Habana Pedro Agustín Morell de Santa Cruz. De la autoría de Fray Diego Barrios, contaba de 12 páginas de versos (no muy buenos) que incluía un grabado del Obispo, realizado por Francisco Javier Báez, grabador y pintor cubano (1746-1828). Esta obra  ha llegado a la actualidad gracias al grabado que la acompaña, de hecho se considera como el primer retrato conocido de la historia de Cuba.