La revista Orto y su impronta en el Oriente de Cuba
La Revista Ilustrada Orto constituyó un verdadero hito cultural para Manzanillo, ciudad del Oriente de Cuba, donde también se publicaba lo mejor de la literatura nacional y mundial. La revista no sólo evidenció la fortaleza de las imprentas manzanilleras sino el florecimiento de una intelectualidad que pensó primero en la región que en sí misma.
Orígenes
El 7 de enero de 1912 veía la luz en Manzanillo, Oriente de Cuba en la imprenta El Arte, la Revista semanal ilustrada: Ciencias, Artes y Letras Orto. Editada en un principio por el tipógrafo y periodista Filiberto Guerra, posteriormente pasó a ser dirigida por el periodista y escritor Juan Francisco Sariol, gran animador de la cultura manzanillera.
En el editorial del primer número, se expresaba la misión de la revista: » .. .en nuestro mundo local Orto significa la aparición de un nuevo esfuerzo realizado por varios jóvenes que, amantes del prestigio de la ciudad que fue su cuna y que les ofrece el orgullo de ser manzanilleros, no han podido permanecer indiferentes y remisos ante la absoluta carencia de una revista literaria en este pueblo, donde, con legítima satisfacción, lo confesamos, la cultura no ha sido nunca un mito, y donde todos ansiamos sinceramente las caricias bienhechoras del Progreso y la Civilización en sus múltiples y diversas manifestaciones«.
Y más adelante señalaban: «Aquí está, pues, nuestra revista literaria. No será ella un conglomerado de páginas concentradoras de ridículos desahogos amorosos, ni vaciedades y futilezas soporíferas, si bien aceptará siempre lo que del Amor se manifieste en exquisitas bellezas, lo que tenga del Amor toda su alma. Pretendemos que sea Orto, fiel exponente, portavoz y órgano de la cultura y riqueza de este nuestro querido pueblo; por lo que solicitamos también el valioso concurso de todos aquellos que quieran ayudarnos con su colaboración, exponiendo en estas páginas sus ideas en pro de todas las bellas artes, la ciencia, la industria, la agricultura, el comercio, en fin, cuanto tienda o se encamine a difundir las luces de la civilización y del progreso, cuya noble y elevada finalidad perseguimos«.
La revista varió su subtítulo inicial a lo largo de los años. De igual manera cambió varias veces de director y consejo editorial. En esa primera etapa colaboraron en sus páginas prestigiosos intelectuales: José Manuel Poveda, José M. Carbonell, Armando Leyva, Joaquín Navarro, Higinio Medrano, Rafael Argilagos, Enrique Gay Calbó, Rafael de la Guardia y Juan Jerez Villarreal.
La revista por dentro
Con frecuencia semanal, tenía un formato de 25 x 18 cm y 8 páginas al principio (a fines de su primer año las páginas llegaban a 20). La tirada inicial era de 600 ejemplares aumentando a 1 000 dos años después. Desde el número fechado el 15 de septiembre de 1921, Orto comenzó a ver la luz quincenalmente.
Publicó cuentos, poemas, fragmentos de novelas, artículos sobre filosofía, historia, educación, música, arte, teatro, crítica literaria, además de varias secciones fijas, que amen de ser muy populares, fueron renovándose y cambiando de títulos con el transcurrir de los años. Las secciones Bibliografía, Gaceta bibliográfica, Meseta de libros, Revista de revistas, Letras extranjeras, todas ellas dedicadas al comentario de libros y de publicaciones periódicas recibidas. En El cuento semanal aparecían cuentos de autores cubanos y extranjeros, Alrededor del mundo, comentaba acerca de los últimos acontecimientos ocurridos, de cualquier índole, Hombres y lugares históricos cubanos, Revista de la semana, con noticias culturales cubanas y extranjeras, y Almanaque, también con noticias del mundo cultural.
Dedicó números especiales a figuras como José Martí, Rubén Darío, Juan Gualberto Gómez, José Manuel Poveda, Luis Felipe Rodríguez, José Enrique Rodó y la malograda poetisa bayamesa María Luisa Milanés.
Muchos escritores del movimiento modernista hispanoamericano colaboraron en esta revista, que indiscutiblemente constituyó un lazo fraterno entre la cultura cubana y la del resto del continente.
Lo mejor de la intelectualidad cubana colaboró en sus páginas: Dulce María Borrero, Max y Pedro Henríquez Ureña, Néstor Carbonell, Joaquín Navarro Riera (seud. Ducazcal), Regino Boti, Agustín Acosta, Bonifacio Byrne, Hilarión Cabrisas, Enrique José Varona, Medardo Vitier, Alfonso Hernández Catá, Manuel Sanguily, Jorge Mañach, Rafael Esténger, Gustavo Sánchez Galarraga, Mariblanca Sabas Alomá, Nicolás Guillén, Raúl Roa, Félix Pita Rodríguez, Eugenio Florit, Ángel Augier, Alejo Carpentier, Pablo de la Torriente Brau, José Antonio Portuondo, Carlos Rafael Rodríguez, Emilio Ballagas, Loló de la Torriente y Mirta Aguirre.
Los que habían dado forma a la revista, poco a poco fueron separándose, bien por la muerte de algunos o el alejamiento de otros hacia la capital. Además, los recursos económicos, tan duramente obtenidos, escasearon cada vez más. Esto, unido a la difícil situación política por la que atravesaba el país, hizo que la revista desapareciera, tras cuarenta y cinco años de vida. El último número aparecido correspondió a diciembre de 1957, fue la publicación cultural más duradera del país.
Legado
Más que una revista, Orto representó una verdadera institución cultural. Reflejó con acierto la vida cultural Manzanillera, y en general de toda Cuba. Notables escritores latinoamericanos colaboraron en sus páginas. Alrededor de Orto, tomando como lugar de reunión casi siempre la propia redacción de la revista, fue nucleándose un grupo de jóvenes con inquietudes intelectuales y artísticas en general, que con su aliento y afán de lucha dieron cuerpo definitivo a esta publicación.
La vigencia de Orto, que se mantuvo circulando durante cuatro décadas y media, alcanza hoy algunos procesos docentes en Cuba y su vastedad aún inquieta a investigadores y editoriales del país.
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